Nueva alternativa para evitar corrosión está lista para licenciar

La corrosión es un reto al que las empresas se enfrentan, ya que les genera importantes gastos de mantenimiento. Como una manera de hacerle frente a esto, en la Universidad de Costa Rica (UCR) se ha venido trabajando en una novedosa alternativa de inhibidor de corrosión.

Este inhibidor se crea a partir del carbamato propargílico en polvo, proceso llamado Síntesis de Carbamato. De acuerdo con Leonardo Álvarez, investigador de la UCR, el proceso “es una preparación química, rentable y amigable con el medio ambiente de un compuesto orgánico que tiene la propiedad de inhibir la corrosión del acero en medio ácido”.

De acuerdo con Álvarez, las aplicaciones de esta innovación son muy diversas, ya que el uso del acero es muy amplio. “Se podría pensar como aditivo del cemento, aditivo en pinturas automotrices o en aeronáutica, recubrimientos y pinturas a nivel general”, destacó.

Ventajas de aplicación

 Esta nueva tecnología tiene la capacidad de generar un gran impacto, ya que permite alargar la vida de las estructuras metálicas. De igual manera resulta destacable que esta metodología no ha sido reportada anteriormente, el método y la aplicación del compuesto como inhibidor de la corrosión son dos novedades que pueden tener mucho éxito a nivel industrial.

Para Lilliana Rojas, gestora de innovación de Proinnova, con esta tecnología se desea impactar de manera positiva a las empresas —principalmente costarricenses y brasileñas— que necesitan solucionar problemas de corrosión para así lograr disminuir sus costos de operación y mejorar su competitividad.

Normalmente, el carbamato es utilizado en el sector agro como insecticida. Esta nueva alternativa le da un uso innovador, al utilizarlo como inhibidor de corrosión basado en la producción y uso del carbamato propargílico.

Lo que se busca con este producto —desarrollado en el Laboratorio de Síntesis y Química Verde de la Escuela de Química— es ofrecer una nueva alternativa con una actividad superior al 90% que funcione como agente inhibidor y un proceso de producción altamente eficiente, que permita disminuir significativamente el problema al que se enfrentan muchas empresas por la corrosión de sus equipos. En relación con el proceso, Álvarez comentó que tiene un excelente rendimiento y es, a su vez, amigable con el ambiente.

Papel de la academia

Para el desarrollo de esta tecnología, el investigador se vio apoyado por la UCR y específicamente por Proinnova. Álvarez se acercó a la Unidad de Gestión y Transferencia del Conocimiento para la Innovación con el objetivo de poder tener un acompañamiento para lograr la transferencia del producto y así lograr que esta investigación saliera de la Universidad y beneficiara a otras personas.

Los productos que inhiben la corrosión tienen un gran valor en la industria, incluida la aeronáutica, debido a que los procesos de corrosión significan para muchas empresas pérdidas económicas muy altas por el deterioro de los equipos. (Foto: Miriet Abrego)

Durante el proceso de transferencia, Proinnova se encargó de asesorar y gestionar los temas de protección de propiedad intelectual, los cuales deben aplicarse a este tipo de productos que son desarrollados en la UCR.

Para este caso específico, de acuerdo con Rojas, debido a que este desarrollo tuvo colaboración de investigadores de la Universidad Federal Fluminense de Brasil, se trabajó los temas de propiedad intelectual en conjunto con dicha universidad, liderando el proceso desde Proinnova.

Para Álvarez, Proinnova le ha apoyado bastante en los aspectos de la propiedad intelectual y en la búsqueda de mercados y posibles empresas interesadas en el producto.

Actualmente, se están buscando empresas u organizaciones que deseen producir y comercializar el producto bajo la licencia de la UCR.

“Gracias a la Universidad, se ha podido generar el conocimiento y facilitar los mecanismos institucionales que promuevan la transferencia de este conocimiento, generando así nuevos desarrollos que pueden ser aprovechados por la sociedad costarricense, lo que a su vez genera valor económico”, dijo Rojas.

Secreto industrial

El mayor reto al que se han enfrentado los investigadores durante el desarrollo de este innovador producto es la falta de recursos para comprar los materiales necesarios para así lograr un escalamiento en la producción.

Por ello, el siguiente paso a seguir con esta innovación es lograr una alianza estratégica con una empresa que tenga interés en la producción y comercialización de este producto, a través de la venta de una patente, lo cual le generará recursos a la Universidad. Este tipo de alianzas son sumamente importantes en el marco de la innovación, ya que permiten que el conocimiento llegue a la mayor cantidad de personas y tenga un impacto en la sociedad.

Actualmente, esta tecnología se encuentra bajo secreto industrial. ¿Qué significa esto? Según Rojas, los secretos industriales son una forma de protección de la propiedad intelectual que ha sido generada por empresas, organizaciones, universidades y hasta personas particulares.

“El secreto industrial se baja en información que se resguarda, sin embargo, puede ser compartida bajo acuerdos de confidencialidad con el fin de mantener el valor de dicha información”, explicó la gestora de Proinnova.

En el caso de esta tecnología, se cuenta con un proceso de síntesis o proceso para producir el compuesto anticorrosivo, el cual también se encuentra bajo la modalidad de secreto industrial y será compartido bajo confidencialidad a la empresa o empresas que adquieran la licencia para la producción y comercialización del producto.

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