Investigador de la UCR desarrolla tecnología para tratar agua de manera económica y sustentable con el ambiente
A partir de un experimento que buscaba reducir la cantidad de partes por millón de mercurio en el agua y así purificarla, surgió una tecnología que permite darle una segunda vida a este líquido tan necesario en nuestra vida.
La tecnología, desarrollada por el ingeniero químico Rodolfo Wattson, quien es profesor pensionado de la Universidad de Costa Rica (UCR), abre una nueva posibilidad para el tratamiento de aguas con el que se puede lograr disminuir la contaminación en los ríos. La propuesta es de bajo costo y eficaz, ya que es muy flexible y se adapta a distintas situaciones y objetivos dependiendo del uso que se le dé.
La tecnología genera una purificación secundaria y terciaria del agua residual (aquella cuya calidad ha sido degradada debido a agentes contaminantes), la cual tiene una hidrólisis previa. La hidrólisis es el proceso en el que las moléculas del agua se separan y forman enlaces químicos con la sustancia que se agrega a la misma.
Ya con los sólidos suspendidos, los cuales son de menos de una pulgada, se procesa la fase acuosa para limpiarla y luego se separa de la fase sólida. Esta fase sólida también se le puede dar un segundo uso para abono, el cual produce cultivos más productivos que los que utilizan abonos químicos.
Ventajas de la tecnología
Wattson mencionó que la principal ventaja es su valor económico para las industrias, ya que las plantas de tratamiento actuales pueden costar varios cientos de millones de dólares. Al comparar el costo operativo de esta tecnología por metro cúbico con el de una planta actual, este nuevo tratamiento es mucho más eficiente, ya que su costo puede rondar los $1,30 por metro cúbico.
Una vez que el agua es tratada, su nivel de purificación es tan alto que, según Wattson, incluso se pueden cultivar peces en ella. Es más, el agua purificada se puede verter en los ríos sin que haya peligro de dañar el ecosistema, ya que se eliminan los contaminantes y los químicos que provocan los olores desagradables.
Algunos de los usos que recomienda Wattson para el agua es el riego de cultivos o en los servicios sanitarios de los hoteles hasta para las mismas labores de limpieza en los edificios, incluso hasta en un hogar se podrían aplicar estas prácticas, pero —hasta el momento— la tecnología se ha probado a pequeña escala.
“Iría perfectamente de la mano con la economía circular, porque usted agarra un agua de desecho y la procesa en algo que sea productivamente valioso, puede generar abonos foliares o sólidos, puede generar agua purificada y esta puede ser estandarizada para diversas aplicaciones. Si bien no sale potable, sí puede funcionar para lavado o para cultivos, ya que viene esteril”, comentó Wattson.
Secreto Industrial
Actualmente, la tecnología se encuentra bajo secreto industrial, esto se consiguió con ayuda de Proinnova, ya que no se pudo conseguir la patente debido a que esta idea tiene componentes que se pueden derivar de otras tecnologías, según explicó Wattson.
El apoyo de Proinnova consiste en que, cuando los docentes-investigadores de la UCR desarrollan nuevos procesos y productos, esta unidad los ayuda a lograr que sus innovaciones puedan estar a disposición de la sociedad.
Según la ingeniera Lilliana Rojas, gestora de innovación en Ciencias Básicas e Ingeniería de Proinnova, la tecnología actualmente requiere de la colaboración de una empresa o emprendedor para poder implementarse y esta se pueda abrir espacio en el mercado.
Esta forma de tratamiento de aguas se puede aplicar a nivel internacional incluso, ya que es un proceso eficaz que puede ser utilizado principalmente por empresas que no tienen una infraestructura tan grande como para utilizar los métodos tradicionales.
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