Mariángela Vargas: Intereses que nacen desde temprano
Una tecnología internacional para producir medicamentos a partir de plasma humano, ese ha sido el resultado de una pasión que nació desde pequeña.
Como coautora de una tecnología disponible en más de 20 países, pero sobre todo guiada por la pasión por la biotecnología, Mariángela Vargas ejerce como investigadora del Instituto Clodomiro Picado (ICP) de la Universidad de Costa Rica (UCR).
“Cada vez que nos ponían a escribir la famosa redacción sobre: ‘¿Qué quiere ser cuando sea grande?’, siempre escribía que quería ser investigadora. En Navidad pedía juegos de química, física y el típico microscopio, y me gustaba mucho jugar de exploradora y preguntarme cosas acerca de todo”
cuenta Vargas.
Desde pequeña se acostumbró al ICP, ubicado frente a su casa y al que iba a ver exposiciones de serpientes. Luego, en la universidad, Vargas pidió hacer una asistencia de laboratorio y fue así como llegó a la Sección de Desarrollo Tecnológico del ICP en la que aún ejerce.
“Hacemos una investigación muy apasionante porque el objetivo es mejorar los antivenenos y su proceso de producción, así como desarrollar nuevos productos o tecnologías asociadas a medicamentos biológicos. Como todos estamos ‘codo a codo’, logramos ver el impacto de la investigación científica en la industria de manera muy certera, y, por ende, aportar en la solución de la problemática del envenenamiento”, añadió la investigadora.
Además, durante esa misma etapa inicial realizó su trabajo final de graduación orientado a purificar albúmina equina. Ese proyecto, sin saberlo al inicio, resultó en una investigación también dirigida a humanos:
“En ese momento, por esas cosas del destino, llegó a los oídos de la CCSS lo que estábamos haciendo, y enviaron una carta pidiendo 2.000 frascos porque había desabastecimiento en el país de albúmina humana. Fue una confusión, nosotros en ese momento teníamos albúmina de origen equino, pero nos dio a entender la oportunidad de producir medicamentos derivados de plasma humano”, comentó.
La investigación resultó finalmente en la tecnología que permite fraccionar plasma humano para obtener inmunoglobulinas y albúmina humana, hoy disponible en más de 20 países.
“El hecho de que la patente esté disponible en varios países primero da un sentimiento de responsabilidad para que la tecnología funcione, y luego de esperanza para que, sobre todo, permita solventar el desabastecimiento de medicamentos hemoderivados en países en vías de desarrollo”, concluyó Vargas.
De cara al futuro, Vargas tiene claro que debe “aportar desde la Universidad, ya sea a través de investigación, docencia o acción social, que en todo caso es la razón de ser de la UCR. Ahora me toca servir de puente para que generaciones más jóvenes se inserten en la vida académica”.
Nota de Semanario Universidad | febrero 8, 2023