Proinnova abre al público un catálogo de innovaciones

La Unidad de Gestión y Transferencia del Conocimiento para la Innovación de la UCR (Proinnova) liberó al público los planos de seis proyectos innovadores para uso no comercial en su catálogo público, el cual se puede consultar y descargar en línea.

El objetivo es amplificar el impacto que estos proyectos ya han tenido en la sociedad costarricense al compartirlos con personas, organizaciones o empresas que puedan sacarle provecho al diseño.

Los diseños fueron desarrollados por estudiantes, funcionarios administrativos e investigadores de la Universidad de Costa Rica (UCR) y se despliegan en una diversa influencia profesional que va desde la ingeniería hasta las artes y el diseño.

“Con el Catálogo queremos evidenciar que ese conocimiento está ahí, que es libre y que cualquier persona que crea que esto le puede ser útil pueda utilizarlo”, explicó Marianela Cortés, directora de Proinnova.

Cortés considera que la universidad genera mucho conocimiento con potencial de generar innovación en la sociedad y este proyecto les permite cumplir su misión como programa al acercarlos más a su público meta.

Además, aseguró que el catálogo va a ir creciendo con el trabajo que Proinnova realiza con los diferentes estudiantes o investigadores y se va a acompañar siempre por una ficha que incluye: nombre del proyecto, año de creación, tipo de propiedad intelectual, descripción, objetivo, aporte innovador, nombre del inventor, enlace de descarga de los planos o archivos y el contacto con el gestor de innovación.

La ficha que acompaña a cada proyecto tiene varios propósitos, uno de esos es que si alguna persona consulta el catálogo y tiene interés en aportar ideas nuevas puede ponerse en contacto con el investigador o investigadora por medio de la gestora de innovación. por ello, según Cortés, “también es una herramienta para conectar personas con intereses comunes”.

De esta forma un equipo como el de aplano y secado de papel para la conservación de documentos no solo puede ser descargado por una organización o museo para su construcción, para usarlo en la conservación de documentos, sino que si durante su uso descubren una posible mejora la pueden aportar al proyecto.

“Además, de alguna forma es una especie de herramienta didáctica porque le ayuda a la gente a acercarse a la propiedad intelectual. Una persona que lee el catálogo también ve el tipo de protección que tiene y le puede dar idea de cuál es el tipo de propiedad intelectual que le podría servir en algunas invenciones que esta persona haya generado”, agregó Cortés.

Los proyectos

El catálogo tiene diseños dirigidos a públicos diversos: personas ciegas, conservacionistas de arte, estudiantes de dibujo técnico, investigadores de materiales de construcción y administradores de hoteles o restaurantes.

Daniel Pérez, egresado de la escuela de Ingeniería Eléctrica, aportó al catálogo el diseño de la “Tabla de dibujo L”, un diseño que tiene la misma funcionalidad que las tablas convencionales pero vale una cuarta parte del precio de las que actualmente existen en el mercado.

“Las personas que pueden verse beneficiadas por medio del catálogo son los mismos estudiantes de ingeniería y arquitectura. Los planos los pueden guiar a un diseño hechizo, que fue como yo inicié, para poder resolver mis necesidades, o una tabla de dibujo durante el curso”, explicó Pérez.

El equipo de aplanado y secado de papel fue desarrollado por Salomón Chaves, docente de artes plásticas, quien se unió al catálogo con el objetivo de socializar el resultado y, al igual que Daniel Pérez, considera que es un honor que el público use su diseño.

Chaves considera que “el proyecto es muy fácil de replicar con recursos tecnológicos bastante básicos y con la simple ayuda de un carpintero o un técnico en soldadura. Es una opción adaptada a nuestro clima tropical también. Los grandes niveles de humedad lo hacen todavía más difícil, pero el equipo toma en cuenta esa variable”.

El proyecto desarrollado por Chaves podría alcanzar a talleres de restauración a nivel privado que restauran obras de arte o documentos, bibliotecas públicas, universidades o investigadores locales. Además, podría ser de interés regional porque, según el investigador, en Centroamérica no se han localizado comerciantes de invenciones similares.

En el caso de la balanza de gravedad específica para especímenes de gran volumen, el beneficio podría estar en los laboratorios de ensayo que prueban mezcla asfáltica.

“El beneficio más importante es la confiabilidad del resultado del ensayo, el equipo lo mejora porque a nivel comercial no existe y los que existen tienen muchas restricciones, entonces puede que te dé valores erróneos”, aseguró Mónica Jiménez, ingeniera y miembro del equipo que desarrolló la balanza.

Para Jiménez, la distribución de estos equipos no solo es de interés de los investigadores sino también de la universidad, ya que son sus mismos laboratorios y estudiantes los beneficiados.

Estos son solo algunos de los proyectos que se liberaron y que puede consultar ingresando al enlace https://bit.ly/2RTX3ly, o por medio del código QR adjunto a la nota.


Lucía Molina

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