Más de 130 mil personas mueren anualmente alrededor del mundo por mordeduras de serpiente


En el día internacional de concientización sobre mordeduras de serpiente fueron reconocidas siete investigadoras del Instituto Clodomiro Picado. Conversamos con Cecilia Díaz, directora del ICP, sobre esta crisis, considerada abandonada por la OMS.

Las muertes por mordedura de serpiente son una crisis de salud que se considera abandonada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 130 mil personas mueren por esta causa anualmente alrededor del mundo.

Los países más afectados están en desarrollo y son las comunidades más empobrecidas y aisladas las que requieren mayor atención, razón por la cual, para los y las científicas involucradas, ha sido difícil su visibilización.

El pasado 19 de septiembre, se celebró el día internacional de concientización sobre mordeduras de serpiente, día en el que se reconoció a las mujeres investigadoras en el campo, entre ellas a 7 del Instituto Clodomiro Picado (ICP) de la Universidad de Costa Rica (UCR): Alexandra Rucavado, Erika Camacho, María Herrera Vega, Mariangela Vargas, Teresa Escalante, Cristina Herrera y Cecilia Díaz, actual directora del ICP.

Conversamos con Díaz sobre los desafíos de esa crisis, los avances más recientes y la importancia de la campaña «Women Champions of Snakebite»:

Los envenenamientos por mordedura de serpiente fueron declarados «desatendidos» por la OMS, tras una propuesta liderada por el ICP y otras autoridades de salud ¿A qué razones se le atribuye el abandono de esta enfermedad?

— Considero que hay enfermedades más comunes en países de bajos ingresos o de poblaciones con pocos recursos, dentro de países con mayor poder económico, y que incluyen a personas con poco acceso a un sistema robusto de salud, a las cuales no se les pone mucho cuidado porque no son prioritarias para muchos gobiernos o, incluso, para las organizaciones internacionales que financian la investigación en salud

Eso es claro, incluso en enfermedades tan comunes como el cáncer, en ciertos tipos, como el cáncer gástrico, por ejemplo, que dentro de los diferentes tipos es uno de los que menos interés despiertan a nivel mundial para el desarrollo de terapias, porque no son prioritarios en países como Estados Unidos o Europa, aunque tienen una incidencia muy alta en Costa Rica.

Igual ocurre con algunas enfermedades infecciosas o con otros problemas de salud como el envenenamiento causado por animales venenosos como las serpientes o los escorpiones, que pueden llegar a ser muy graves, pero en ciertos sectores de la población que muchas veces están desprotegidos o invisibilizados dentro de la sociedad. Por ejemplo, grupos de la población que muchas veces trabajan en ambientes hostiles, como ciertas actividades agrícolas, por ejemplo, o que no tienen suficiente capacidad para protegerse de peligros ambientales.

¿Qué avances se han dado entre las organizaciones y autoridades de salud nacional e internacionales, a raíz de la inclusión de esta enfermedad tropical en la lista de la OMS?

— Esta resolución de la OMS puso al envenenamiento por mordeduras de serpiente en una posición mucho más visible en el contexto de la salud mundial y, además, desencadenó en que la misma OMS hiciera una declaratoria para combatir este problema y las secuelas que produce en las personas mordidas por serpientes y con un lapso de tiempo definido.

De esta forma, se empezaron a desarrollar una mayor cantidad de estrategias para producir tratamientos más eficaces (antivenenos), de los cuales, nosotros, como Instituto Clodomiro Picado, participamos en el desarrollo y producción de estos inmunobiológicos.

Por ejemplo, a raíz de esta resolución, organizaciones como la Wellcome Trust designó a ciertos institutos clave, con trayectoria en el desarrollo de tratamientos contra las mordeduras de serpiente (incluyendo al ICP),  y les dio recursos para que hicieran estudios biotecnológicos de mejoramiento de los esquemas de inmunización para la producción del suero antiofídico, por ejemplo, especialmente para combatir el problema en África, que es uno de los sitios con mayor incidencia de mordeduras de serpientes y con mayor desprotección de ciertas áreas de la población.

¿Qué implicaciones o dificultades tiene este abandono en el desarrollo de investigación científica relacionada?

— El problema de salud, asociado al envenenamiento, es que las serpientes en diferentes partes del mundo tienen venenos con características diferentes y para cada lugar hay que desarrollar sueros con especificidad para esos venenos, sino, obviamente, el tratamiento no funciona.

Algunas empresas de algunos países ofrecen sueros a precios muy bajos, pero que no neutralizan los venenos de las serpientes de ciertos lugares y los gobiernos de algunos países (ministerios de salud) los compran, únicamente, por el precio que tienen. Entonces, es indispensable hacer investigaciones con los diferentes sueros producidos y los venenos de cada lugar particular para confirmar si neutralizan los efectos tóxicos en las personas y eso debe evidenciarse públicamente.

Este tipo de investigaciones son complejas y no cualquier instituto puede realizarlas. Y menos aún, los ensayos clínicos que están sujetos a regulaciones de muchos tipos, y es en donde esos sueros finalmente prueban su eficacia en seres humanos. Toda esa investigación tan compleja se puede hacer si hay voluntad política y recursos económicos, y esto es más fácil que exista cuando se visibiliza el problema y los actores políticos mundiales se comprometen a combatir seriamente, como parece haber sido este caso.

¿El que este tipo de investigación tenga mayor impacto en países en desarrollo y comunidades empobrecidas tiene impacto en la dinámica de la comunidad científica que se desarrolla en este campo?

— Sí, exactamente como le mencioné antes, a las enfermedades de los países pobres muchas veces no se les da la importancia que merecen, incluso cuando los tratamientos a veces ya existen, pero la disponibilidad es escasa.

En términos de investigación es lo mismo, muchas veces los científicos solo quieren estudiar ciertas enfermedades porque saben que pueden publicar más fácilmente sus hallazgos, a pesar de ser temas más competitivos o que pueden conseguir más recursos para sus investigaciones. En cambio, en otros temas asociados a enfermedades más locales o presentes solo en ciertos países, el interés mundial es menor y hay menos recursos, y es menos llamativo para muchos, aunque obviamente puede ser mucho más relevante para ese lugar en particular, si se desarrolla una cura.

En el Día Mundial de la Mordedura de Serpiente, celebrado en setiembre, se lanzó la campaña «Women Champions of Snakebite» que destaca la labor de las científicas ¿Por qué es importante visibilizar el papel de las mujeres en este campo de investigación?

 En realidad, tanto mujeres como hombres realizan investigaciones relevantes en este tema, pero en los últimos años se ha tratado de reivindicar el papel de la mujer en diversos ámbitos profesionales y la ciencia es uno de ellos. En parte porque tal vez, históricamente, el trabajo de muchas mujeres no ha sido tan reconocido y creo que un poco se trata también de poner ejemplos femeninos para tratar de motivar a las niñas y adolescentes que todavía no saben qué quieren hacer en términos de una futura carrera profesional.

¿En algún momento de su carrera profesional sufrió discriminación por ser mujer? ¿Ha representado un obstáculo o por el contrario encontró aliados y aliadas en la comunidad científica?

— Debo decir que no recuerdo haber sido discriminada como mujer en ninguna oportunidad, eso no quiere decir que no haya trabajado duro para lograr las metas que me he ido proponiendo. Nunca sentí eso, tal vez porque nunca me fijé en eso realmente, siempre tuve confianza en lo que hago porque es lo que me gusta hacer y nunca hubiera aceptado que me trataran diferente por ser mujer, ni para bien ni para mal, creo que el reconocimiento debe estar en el esfuerzo que uno le pone a lo que hace y las capacidades que uno tiene, no en el género.

¿De qué forma se involucró el ICP en esta campaña?

— Algunos de los integrantes de la estrategia de Women’s Champions of Snakebite Campaign son conocidos del Instituto, por la trayectoria tan larga que llevamos trabajando en el tema de envenenamiento. Principalmente, científicos nuestros como el Dr. José María Gutiérrez, que es quien más ha contribuido con estas causas, a través de colaboraciones científicas con otros investigadores del mundo. Ellos nos invitaron a participar en la campaña a través de la visibilización de lo que hacemos en el tema, en términos de investigación, producción o desarrollo tecnológico, dependiendo de lo que cada una de nosotras hace en nuestro trabajo diario en el instituto.

 Además de la visibilización, ¿Qué más es necesario impulsar/conseguir para enfrentar esta problemática?

— Yo pienso que lo principal es trabajar duro, siguiendo metas bien pensadas y con objetivos claros. Creo que hay que estar abiertos a trabajar con personas de diversas disciplinas de la ciencia y de otros temas más sociales y tener sensibilidad y empatía por lo que otras personas sufren debido a problemas como el envenenamiento por mordedura de serpientes. Hay que hacer alianzas, nacionales e internacionales, y ser realistas en lo que respecta a lo que se puede lograr, pero poco a poco ir más allá en las metas, siempre teniendo como principal objetivo el aspecto humanitario, lo demás es secundario.

Por Lucía Molina | lucymolina07@gmail.com

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