¿Qué son las empresas derivadas intensivas del conocimiento o Spin-Off?

La Universidad de Costa Rica cuenta con un ecosistema propicio para generar, desarrollar y colocar este tipo de emprendimientos.

Actualmente, la oportunidad de las universidades para posicionarse como un actor clave en la generación de valor al país, sobre todo a través de la transferencia de tecnología, es única. Y de entre las opciones se encuentra la creación de empresas basadas en conocimiento y tecnología desarrollados en las Universidades. Se les llama empresas derivadas intensivas del conocimiento o Spin-Off.

Esta modalidad de empresa es fuente de empleo calificado, incrementa la recaudación de impuestos, incentiva el crecimiento económico y aumenta el potencial competitivo del país. Son iniciativas conformadas por personas de la comunidad universitaria que deciden emprender para que aquello que han desarrollado en su quehacer académico esté a disposición de la sociedad.

Asimismo, las Spin Off pueden ser iniciativas de una persona ajena a la universidad, siempre y cuando utilice una licencia de conocimientos y tecnologías desarrollados en la Academia. Es por eso que las universidades cuentan con normativa e infraestructura para estimular la creación de empresas derivadas.

No ajena a esta tendencia, la Universidad de Costa Rica (UCR) creó la primera Spin Off oficial en 2011 y, en poco más de una década, ha apoyado a 14 empresas derivadas de diferentes áreas como ciencias agroalimentarias, ciencias básicas, salud e ingeniería.

Por otro lado, con el programa Hélice UCR, la Universidad se propuso acelerar la concreción de alianzas con el sector productivo y la creación de empresas derivadas mediante el desarrollo de facilidades, instalaciones y procedimientos. Esta tarea la lidera la Dirección de Promoción de la Innovación y Vínculo para el Desarrollo (Diprovid) junto a la Unidad de Gestión y Transferencia del Conocimiento para la Innovación (Proinnova) y la Agencia Universitaria para la Gestión del Emprendimiento de la Universidad de Costa Rica (AUGE).

Por ejemplo, Alexis Villalobos, investigador y docente de la Escuela de Agronomía, desarrolló Agroferia, una plataforma de comercialización de productos agrícolas para apoyo a los agricultores.

“Este acercamiento con Proinnova se hizo en el año 2018, donde luego de un trabajo muy intenso, la marca Agroferia pudo quedar registrada, entonces, el trabajo ha sido muy valioso. Y con Diprovid ha sido también muy importante porque, en el marco del proyecto Hélice, recibimos recursos gracias a los cuales hemos logrado verificar que nuestra hipótesis (que esta idea de negocio realmente tiene un lugar en Costa Rica) parece cierta, y eso no lo hubiéramos podido hacer sin el apoyo de Diprovid”

comentó Villalobos.

En este sentido, Geannina Sojo, directora de Proinnova, manifestó que existe un legítimo interés de que por medio de Agroferia se desarrolle una plataforma exitosa que permita a los productores nacionales contar con un canal de comercialización exitoso, con porcentajes de intermediación justos y que permitan a la población adquirir productos de alta calidad a precios razonables.

“Por eso, Proinnova transfirió una licencia de uso de marca de Agroferia y, con el apoyo de AUGE, se ha puesto el acompañamiento para que el emprendimiento se desarrolle”

comentó Sojo.

Esa transferencia de conocimiento requiere de un análisis profundo del entorno y un socio que pueda garantizar la asimilación tecnológica de los productos. Bajo esta perspectiva, también pueden surgir empresas derivadas con las que las personas investigadoras demuestran el potencial de su tecnología, por ejemplo: Marena Chavarría, quien desde el Centro de Investigaciones Agronómicas (CIA) trabajó durante años en el desarrollo y aplicación de productos para el control de plagas y enfermedades, así como mejorar la fertilidad del suelo.

Si bien los productos tienen buena acogida en el mercado, las instalaciones de la Universidad son insuficientes para suplir la demanda, por lo que el emprendimiento surge como una opción para tal fin.

“A mi parecer, las investigaciones no deben quedarse en los centros de investigación, sino que deben salir de esas cuatro paredes y llegar donde tienen que llegar. En el caso del CIA, la capacidad productiva la tenemos, pero no la capacidad de espacio donde podamos seguir desarrollando. Ahí es donde, gracias a Proinnova y a Diprovid que siempre han estado acompañándonos, nos abren el panorama como Spin Off. Sin ellos esto no existiera”

explicó Chavarría.

Además, las personas que desean emprender pueden seguir desarrollando la tecnología, asociarse con otros profesionales, obtener un rédito económico y continuar con sus tareas de docencia o investigación. La Dra. Mirtha Navarro, gestora de la empresa InnoBiotiQ, ejemplifica esto mismo:

“InnoBiotiQ se posiciona como un motor de innovación tecnológica en la creación de productos industriales, generando un impacto positivo en la productividad nacional e internacional. Servimos a industrias tan diversas como alimentos, cosméticos, farmacéuticos o veterinarios. En nuestro caso, no podríamos enfatizar lo suficiente el papel crucial que tuvieron Proinnova, Diprovid y AUGE para establecernos como empresa. Aparte de los fondos propios de la convocatoria, nos han proporcionado asesoramiento y retroalimentación”

manifestó Navarro.

Para Ricardo Carvajal, director de AUGE, son estas empresas derivadas las que capitalizan el potencial innovador y científico de la Universidad:

“Las Spin-Off permiten la transferencia de conocimiento y de tecnologías al sector empresarial, impulsando así la innovación y el progreso económico. Además, promueven una cultura emprendedora dentro de la comunidad académica, inspirando a estudiantes, investigadores y profesores a crear sus propias empresas. Con esto se aporta a la generación de empleos, a generar un impacto social y por supuesto a generar una verdadera retroalimentación entre la academia y la industria”

concluyó.

Por esto, las Spin Off suponen una garantía para las instituciones académicas, porque garantizan que el conocimiento adquirido (“know-how”) sea puesto a disposición del éxito empresarial. Y, finalmente, aunque no menos importante, mejoran la calidad de vida de las personas, ya sea por ofrecer productos o servicios de mejor nivel o por el hecho de que las Spin Off, por naturaleza, tienden a resolver problemáticas sociales. En resumen, un aporte a la generación de valor al país.

Nota de Proinnova y Julián Blanco | Semanario Universidad

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