Ciencia e Innovación: piezas clave para combatir el COVID-19

Con el inicio de la pandemia también se establecieron iniciativas de investigación, que mostraron que los Sistemas de Ciencia, Tecnología e Innovación (STI por sus siglas en inglés) respondieron de forma decisiva, rápida y significativa en el desarrollo de las vacunas y terapias.

Esto como resultado de que las primeras respuestas de las políticas a la crisis del STI se centraron en proporcionar fondos para la investigación e innovación a las que aportaron gobiernos, fundaciones e industria, al recaudar miles de millones de dólares.

Aunque ese no es el único beneficio que las STI aportaron a la pandemia, porque también se dio el despliegue de tecnologías digitales. Un ejemplo de ello es la producción de innovaciones para hacer frente a los impactos de las medidas de “distanciamiento social”, como el perfeccionamiento de herramientas digitales para trabajar de forma remota.

El COVID-19 aceleró tendencias en STI que ya estaban en marcha, abriendo el acceso a publicaciones científicas, aumentando el uso de herramientas digitales, mejorando la colaboración internacional en STI y estimulando una variedad de asociaciones público-privadas.

Estos son algunos datos que se pueden encontrar en el título Science, Technology and Innovation Outlook 2021, “Times of Crisis and Opportunity”  que publicó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) el 12 de enero del 2021.

Esta forma parte de una serie de publicaciones bienales, cuyo tema principal es la perspectiva de la OCDE sobre ciencia, tecnología e innovación y tiene como objetivo informar a los responsables de la formulación de políticas y a los analistas sobre cambios recientes y futuros en ciencia e innovación mundiales y sus posibles implicaciones internacionales de STI, según la página oficial de la organización.

 Desafíos de STI de cara al futuro

Según la publicación, pese a la gran respuesta que tuvieron los STI frente a la pandemia, esta plantea importantes desafíos para los sistemas de STI, al poner en peligro las capacidades productivas y de innovación clave, especialmente en los sectores más afectados.

Entre ellos una gran parte de las pequeñas y medianas empresas (PYME), las empresas de nueva creación, los investigadores jóvenes que aún necesitan dejar su huella y las mujeres que, en promedio, dedicaron más tiempo a las tareas de cuidado a expensas de sus actividades de STI durante el encierro.

Por eso la OCDE resalta que, “en el corto plazo, los gobiernos deben continuar apoyando las actividades de ciencia e innovación cuyo objetivo es desarrollar soluciones para la pandemia y mitigar sus impactos negativos, prestando atención a los efectos distributivos desiguales del COVID-19”.

STI de cara al futuro

 La pandemia y sus implicaciones han dejado en evidencia límites en los sistemas de investigación e innovación, lo que se convirtió en un claro recordatorio de que las políticas STI deben recalibrarse para abordar los desafíos a largo plazo de la sostenibilidad, la inclusión y la resiliencia.

La OCDE menciona algunos puntos donde los gobiernos deben repensar las políticas para hacer frente a estos límites. En primer lugar, recalcan que deben orientar los esfuerzos de innovación hacia donde más se necesiten.

El segundo punto valora ajustar las estructuras disciplinarias y jerárquicas para permitir y promover la investigación transdisciplinaria, que involucre a diferentes disciplinas y sectores para abordar desafíos complejos.

En tercer lugar, considera que los gobiernos deberían vincular el apoyo a las tecnologías emergentes, como la biología de la ingeniería y la robótica, con misiones más amplias como la resiliencia de la salud que encapsulan los principios de innovación responsable.

Un cuarto aporte pide reformar la formación de doctorado y posdoctorado para apoyar una diversidad de trayectorias profesionales, algo esencial para mejorar la capacidad de reacción de las sociedades ante las crisis y hacerle frente a desafíos futuros como el cambio climático, que requieren respuestas basadas en la ciencia.

Finalmente, indica que  los desafíos globales requieren soluciones globales que se basen en la cooperación internacional en STI.

Esta información se encuentra con mayor detalle en la página web www.oecd-ilibrary.org, con acceso gratuito al libro para leer en línea y está disponible para la compra con un costo de 21 euros.

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